El Eternauta: la lección de “El Tano Favalli” en tiempos de incertidumbre

En tiempos donde la tecnología se impone como parte esencial de la vida cotidiana, resulta urgente revalorizar la formación técnica como una herramienta concreta para la resolución de problemas reales. En este contexto, la figura del Tano Favalli, uno de los personajes centrales de la mítica historieta argentina El Eternauta (1957), cobra una relevancia inesperada y vigente.

Favalli, profesor de física y electromecánico aficionado, es mucho más que un personaje de apoyo en la obra de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López. En medio de una invasión alienígena y el colapso de toda estructura social, es su conocimiento técnico lo que marca la diferencia entre la vida y la muerte. Mientras la mayoría se encuentra paralizada por el caos, Favalli se convierte en un verdadero pilar del grupo de sobrevivientes, resolviendo situaciones que exigen tanto racionalidad como capacidad práctica.

Desde saber leer una brújula y diagnosticar el fenómeno, hasta arreglar vehículos para la huida. Crear máscaras con filtros, arreglar armas y equipos de radiotransmisión para dar mensaje a la comunidad.

El conocimiento que salva.

Uno de los momentos más ilustrativos es cuando improvisa equipos y armas caseras con materiales rudimentarios, aplicando principios de electromecánica.

Ya no se trata solo de saber, sino de saber hacer: transformar el conocimiento en soluciones concretas. Este es un recordatorio de cómo la teoría, sin una base práctica, se vuelve estéril, y cómo la práctica, sin comprensión, puede resultar ineficiente o incluso peligrosa.

Hoy, en un mundo enfrentado a crisis ambientales, energéticas y sociales, la enseñanza técnica vuelve a ocupar un lugar clave. La electromecánica, disciplina que une la electricidad con la mecánica, tiene aplicaciones directas en el diseño de energías renovables, la automatización industrial y el mantenimiento de infraestructuras críticas. Pero más allá de sus salidas laborales, ofrece una herramienta mental: la capacidad de analizar, construir y resolver.

El legado del Tano Favalli nos interpela. No es un superhéroe con poderes sobrenaturales, sino un ciudadano con conocimientos aplicables. Su aporte no es el de la fuerza, sino el de la inteligencia técnica al servicio de la comunidad. En un país que necesita reconstruirse sobre bases sólidas, formar personas con saberes técnicos no solo es una decisión educativa: es una decisión estratégica.

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